No le gustó mucho a la dueña que hayamos llegado (2 horas) antes de lo establecido. Por desgracia no había otro horario de buses, ya que no fuimos en coche. Al final se acercó y nos entregó las llaves 30 min antes de la normativa. Ese punto podía entender y no nos importaba esperar, pero los días siguientes tuvimos que madrugar para ir de excursiones, con lo cuál no pudimos tomar el desayuno en la casa. Le preguntamos si había alguna posibilidad de que nos dejara algo. En estos casos siempre nos dejaban un paquetuto para llevar. Ella nos dejó (para 2 personas) medio baguette, un termo con café para una persona. Yo no bebo café, así que para mí no había nada. Algo de mermelada y..., nada más!!!! Todo en un rincón de la mesa, del salón. No queríamos entrar en la cocina y ver si había algo para nosotras en el frigorífico ya que en la puerta de la cocina un cartel "zona privada" nos restringía la entrada. No ella nos dijo nada de esta posibilidad. Me parece vergonzoso atender..., desatender así a sus clientes.