Valerie, la dueña, es una persona encantadora, discreta, te ayuda en todo momento. El lugar es una antigua "poste" francesa, con decoración antigua, acogedora, suelos de madera. Está límpio y con todo a disposición, sobretodo en la cocina. el único inconveniente, general en toda la zona y resto de casas y alojamientos, es la cercanía de la carretera y el ruido de los coches y motos, pero Le Barnajou está bien insonorizado. El paisaje es precioso, impresionante, cerca de múltiples excursiones, . Volveremos, seguro.