Es un edificio de 3 plantas, no hay recepcion, la habitación es de los 80, y además sin mantener, no está limpia,la limpieza consiste en hacer las camas, la grifería del baño es muy antigua, para encontrar la temperatura del agua o te achicharras, o te hielas, un pomo del agua en la ducha suelto si lo tocas se cae, ojo duele mucho cuando te cae en el pie, el soporte de la ducha roto, no se aguanta bien, ojo duele mucho cuando te cae en la cabeza, la luz es una bombilla empotrada en el techo, hay dos lamparitas led en las mesitas, pero solo un enchufe, lo único destacable son las vistas al río Pigüeña, siempre que la habitación que te toque lo permita.
Nadie te hace el checkin, es por teléfono, te dicen el numero y que las llaves están en la cerradura, el checkout igual, no ves a ninguna persona relacionada con el alojamiento, el desayuno es en el hotel Cela a 150 m. unos 3 minutos, nada de bufet como en las fotos, pides y si lo tienen bien sino otra cosa, de wifi gratis nada.