La habitación doble que nos dieron, daba a una calle muy ruidosa, además desde el interior de la habitación se oyen los pasos y ruidos de pasillo y habitaciones vecinas como si estuvieran en la tuya propia. El personal de limpieza, cambió sábanas, toallas y vació la basura del baño, dejándolo todo en el pasillo en frente de nuestra habitación y otras 3 mas.
Eso si, la habitación estaba limpia, pero era incómoda.
El desayuno es ínfimo, leche, café, agua caliente, zumo de naranja de brick, pan de molde con mantequilla y mermelada o aceite y tomate (no natural) y un tipo de bollería industrial y naranjas. Nadie en la sala de desayuno para peticiones especiales, ni para alergias, ni intolerancias. Lo que hay es lo que hay.