La casa es muy grande, con diferentes estancias, porche, amplio comedor y zona piscina grande. En mi caso, soy usuario de silla de ruedas, no tuve problemas con la habitación ni el baño, sólo un escalón para entrar. Para acceder a la cocina/comedor, has de bajar por escaleras interiores o por una cuesta empedrada que rodea la casa, con ayuda en silla de ruedas, así como la bajada a la piscina, inaccesible sin ayuda.
En mi caso hemos estado 9 personas adultas, con lo que he tenido ayuda y me he "apañado" bien.
Las vistas son impresionantes, a 30 min aprox de grandes urbes como Ericeira o Lisboa, donde comer, cenar o hacer un poco de turismo, aunque para compras básicas, hay un supermercado en el mismo pueblo.
Por lo general y en mi caso ser un poco cansado en silla de ruedas, nos llevamos muy buen recuerdo de éstas vacaciones.
El propietario, muy cordial, nos explicó todo a la entrada y estuvo en permanente contacto via whatsapp para dudas y de más.