Hemos quedado muy satisfechos. Casa muy bien restaurada, decorada con muy buen gusto, habitaciones confortables, luminosas, amplias. Se agradecen detalles como una nota manuscrita de bienvenida con un par de bombones que te hace sentir como un invitado. Un desayuno espectacular, abundante, suculento, variado como nunca había disfrutado y hecho por la propia familia propietaria del alojamiento. Muy recomendable.