Nos gusto mucho el hotel. Está a dos cuadras del centro de Tlalpujahua. Tiene estacionamiento. Tlalpujahua es un pueblito muy lindo, la iglesia en la cima de la montaña, a un par de cuadras, imperdible. Dentro del hotel hay Villitas navideñas muy bonitas, un castillito y hasta un avión decorativo. Las habitaciones buenas, grandes, cómodas y limpias. El agua caliente bien calientita. El restaurante muy rico, los tacos de arrachera y el mole rojo excelentes. El café podría mejorar. El servicio de recepción, estacionamiento y restaurante son excelentes. Todos muy amables. Sí regresaria