El hotel está muy bien ubicado a unos pocos metros del mercado de Zicatela. La fachada se ve muy bien.
La playa está más lejos de lo que se comenta, hay que cruzar la avenida (no hay semáforo), y caminar por calles empedradas para llegar. No es muy accesible para niños o adultos mayores.
A la entrada hay una subida muy empinada y puede ser un poco peligrosa y resbalosa cuando llueve. (no es muy accesible para adultos mayores)
La alberca es más pequeña de lo que parece en las fotografías, pero tiene muy buena vista hacia la playa y las botanas y bebidas del bar, están bien.
La primera tarde la alberca estaba llena y permiten tener alimentos adentro, esto da una apariencia de que está sucia.
El restaurante esta fuera de servicio, y dicen que hasta nuevo aviso.
El spa es muy pequeñito y está junto a la lavandería, tomé un masaje que me pareció un poco caro para lo que fue y al final llegaba aroma de la lavandería como drenaje.
El personal es amable en general, pero a la persona que esta en recepción le falta mucha capacitación de atención a cliente.
Al momento de cobrarme hubo una confusión y me decía montos diferentes a los que tenía en mi reservación.
Cuando ya estaba "lista" mi habitación no era la que yo reservé. Y se tardaron aún más en limpiar la que si reservé. Supuestamente el horario de check in era a las 3 y yo pude estar en mi habitación a las 5.
Aunque está muy céntrico, tiene muchas oportunidades. No regresaría pronto.