Según llegas parece un alojamiento de cuento, ya que por fuera es muy bonito y tiene un jardín precioso, pero una vez entras y ves la persona que te recibe, que parece que un maniquí del H&M, que te da las llaves y adiós, una vez en la habitación empiezas a descubrir los tesoros que tiene, como un olor en el baño a tuberías que necesitas ventilar constantemente, una cantidad de telarañas que hace que durante la estancia no te sientas solo, un plato de ducha de medidas irrisorias, si, y digo irrisorias porque el baño es grande, como para tener un plato de ducha de niños pequeños.
por otro lado, esta el desayuno, es algo que como no preguntes, descuida que te lo van a contar. ya que ofrecen lo justo justísimo y necesario para cubrir las necesidades básicas.
Pero bueno, en resumen todo esto lo solventamos, pasando el menor tiempo posible en la habitación y disfrutando del entorno, que eso si que es una gozada.