Avis House with private pool in Aranda de Duero

Nos alojamos cinco matrimonios con ocasión del Festival Sonorama ´22. Lo primero que nos sorprendió es lo alejada que está la casa. Está en una aldea (Vadocondes) excesivamente alejada de Aranda del Duero (unos 20 minutos en coche) que, la verdad, no tiene ningún atractivo (ni un solo comercio donde comprar alguna cosa). La casa resulta algo más pequeña de lo que anuncian las fotografías (debido al gran angular). Debes saber que compartirás jardín, piscina o zonas comunes exteriores con otras personas (la piscina es lo suficientemente pequeña como para que bañarte con un desconocido resulte algo embarazoso). La propietaria nos recibió con una inoportuna retahíla de órdenes dadas en un tono algo grosero. Aun cuando habíamos alquilado y pagado por la casa entera, inopinadamente nos cobró otro extra cuando le dijimos que otro matrimonio ocuparía el desván que, en principio, nos quedaba vacío (una estancia en la que difícilmente se puede caminar de pie). Una vez instalados, nos sorprendió que la propietaria, que debe vivir en la casa de al lado, entró en la casa con otro señor sin previo aviso. Quizá, lo peor es que la casa NO TIENE AIRE ACONDICIONADO, ni ventiladores. Siendo agosto, el termostato dentro de los dormitorios no bajó de los 32 grados, con lo que nos fue sencillamente imposible dormir. Solicitamos a la propietaria un ventilador y, luego de muchas reticencias y malos modos, nos trajo uno (para cinco dormitorios). Es posible que la propietaria no tenga responsabilidad en esto, pero una de nosotras amaneció con una cucaracha corriendo por su almohada. La cocina está más o menos bien equipada, con menaje “de guerra”. La barbacoa del jardín es compartida con las otras familias (quizá sea aconsejable convenir turnos, o repartir el espacio en la parrilla con ellos). En nuestro caso, la otra familia era muy amable y la convivencia no resultó incómoda. Recomiendo ser lo más silencioso posible en la casa (desde mi habitación, se oía la respiración del vecino en la noche) para evitar problemas. Una noche hicimos ruido al llegar a casa y vinieron a tocarnos el timbre a las cinco de la mañana. En nuestro caso, buscábamos un buen alojamiento durante el festival, que visitábamos por primera vez. Lo que no sabíamos es que esa aldea está tan lejos de Aranda del Duero que, regresar a la casa tras los conciertos, es imposible (salvo que viajes en tu propio coche y encuentres aparcamiento). Como quiera que esta casa NO ES OPCIÓN SI VA AL FESTIVAL, su el