En general el hotel está muy bonito; forma parte de un conjunto de tres hoteles en la zona de Chichén Itzá. La gente que trabaja ahí es muy amable, aunque hay algunos inconvenientes: el restaurante es extremadamente caro, y no siempre da los mismos precios; una taza de café me la cobraron una vez en 50 y otra vez en 75 pesos. También me incomodó que hay alimentos regulares (en específico: sandwiches) que sólo venden a determinadas horas. Adicional a eso, no hay ningún comercio alrededor, por lo que debes tomar taxi para todo si no rentaste carro; esto no es mayor problema, pero ayudaría mucho que tuvieran una tiendita con productos útiles para viaje y bebidas. En las habitaciones hay, además, una carta que especifica que aplicarán un cargo de 50 USD si llevas tus bebidas de fuera. En el cuarto hay un frigobar de donde puedes tomar aguas y cervezas a un costo muy accesible. En general, los jardines están en excelente estado. No tuve oportunidad de meterme a la alberca, pero me hubiera gustado mucho: se ve muy limpia y fresca. Eso sí: me parece la mejor opción de los tres hoteles que hay en la zona de Chichén Itza. Ojalá mejoren su oferta de alimentos y bebidas.